Enfermería

Enfermería de Salud Mental, la especialidad que acompaña al paciente en la prevención, reconocimiento de síntomas y seguimiento de la enfermedad

La labor de los profesionales de enfermería especializados en Salud Mental es clave en el abordaje de enfermedades como la depresión o la esquizofrenia, al ofrecer apoyo emocional y formación acerca de su patología a los pacientes

La labor de Enfermería en la prevención, detección de síntomas, acompañamiento y seguimiento de los pacientes con enfermedad mental ha sido uno de los temas centrales del simposio ‘Nuevas oportunidades en el cuidado a las personas de los servicios de Salud Mental’, organizado por Johnson & Johnson en el marco del XLI Congreso Nacional de Enfermería de Salud Mental (AEESME), celebrado en Mérida.

A lo largo de la jornada, los profesionales de Enfermería especializados en salud mental han destacado los grandes avances y novedades en el abordaje de los pacientes, la importancia del trabajo multidisciplinar y la puesta en común de material divulgativo para una mejora en la calidad asistencial. Todo ello con el fin de avanzar hacia una prevención en diferentes ámbitos y contextos, un reconocimiento temprano de los síntomas, un tratamiento óptimo y actualizado, además de un seguimiento adecuado.

La búsqueda de un abordaje eficaz y actualizado es clave en el manejo de enfermedades como la depresión o la esquizofrenia. Como ha apuntado el moderador del simposio y enfermero en salud mental del Centro de Salud Mental de Alcorcón, Sergio Franco Rodríguez, el tiempo resulta crucial en estos pacientes: “Debemos tener el compromiso de que se les proporcionen los tratamientos o herramientas más innovadores y con mayor evidencia científica en cuanto a la eficacia de las que disponemos en la actualidad”.

De acuerdo con el especialista, el factor tiempo resulta esencial en el abordaje de la salud mental, dado que la evidencia demuestra que, con el paso del tiempo, “las recaídas afectan a nivel neurológico, tanto estructural como funcionalmente”. Sin embargo, en su opinión, “quizá aún no estemos llegando a tiempo en cuanto a la administración temprana del tratamiento de los pacientes con enfermedad mental; ya que lo vivimos a diario con los nuevos avances, tratamientos, nuevas presentaciones y formatos que se nos ponen sobre la mesa y tardan en llegar al paciente”.

La depresión es la primera causa de discapacidad en el mundo y en España “afectó aproximadamente a un millón de personas durante el año 2023. En cuanto a sexos, predomina en mujeres (71%) frente a varones (29%), con los porcentajes más altos a partir de los 74 años”, según ha informado Franco Rodríguez.

Como ha explicado por su parte el enfermero especialista en salud mental del Hospital Universitario de Basurto, Lander Madaria Marijuan, el tiempo es determinante para los pacientes y, por consiguiente, para los profesionales de enfermería que están al cargo de su cuidado. “Cuando una persona acumula la desesperanza de haber fracasado en otros tratamientos y la que le provoca la propia depresión, cualquier herramienta que brinde una respuesta rápida es esperanzador”, ha destacado.

Para las personas con depresión resistente a tratamiento, según Madaria Marijuan, “empezar un nuevo día es un sufrimiento incapaz de concebir por quienes no padecemos la enfermedad. Un sufrimiento invisible, muchas veces incomprendido y estigmatizado. El hecho de no poder siquiera levantarse de la cama, de no poder salir a la calle o de no poder estar para sus seres queridos es una limitación que se repite en la mayoría de los casos. Además, el deseo casi continuo de huir de esta vida genera culpa y un autorreproche añadido”.

Por su parte, Ana María Piedrafita, enfermera especialista en Salud Mental del Hospital Universitario Ramón y Cajal, ha señalado que uno de cada tres pacientes con depresión son resistentes al tratamiento. En su experiencia, estos pacientes presentan un impacto más pronunciado en el deterioro de la funcionalidad y calidad de vida, una mortalidad más elevada, mayor riesgo de recaída y menor probabilidad de remisión. “Otro dato importante es que los pacientes con depresión resistente al tratamiento son siete veces más propensos al intento de suicidio y a la autolesión en comparación con el resto de pacientes”, ha subrayado.

Las innovaciones terapéuticas abren la puerta al desarrollo de nuevas intervenciones enfermeras para su abordaje. “Todo esto nos ha brindado la oportunidad de poder acompañarlos a ellos y a sus familias en todo el proceso, trabajando en las diferentes esferas de su vida con el fin de recuperar al máximo su funcionamiento y calidad de vida”, ha explicado la especialista.

La escucha activa, clave en el abordaje de los pacientes de salud mental

La enfermera dispone de múltiples herramientas para mitigar el sufrimiento de estos pacientes. Principalmente, la presencia y la escucha activa. Además, puede ayudar a entender mejor la enfermedad, brindar mecanismos de afrontamiento y favorecer que los cuidadores informales estén más preparados. “Que haya alguien que vigile la evolución de la enfermedad y que detecte situaciones de mayor riesgo es algo que puede evitar un desenlace peor”, ha apostillado Madaria Marijuan.

Este ejercicio de empatía y escucha activa también es clave en el cuidado y atención de los pacientes con esquizofrenia. Así lo ha indicado la enfermera especialista en salud mental del Centro de salud Mental de Cerdanyola, del Parc Sanitari Sant Joan de Déu (PSSJD), Rosa Cobo Yagüe, quien ha recalcado los objetivos a conseguir en el abordaje de estos pacientes, desde controlar y reducir los síntomas a una mejora del funcionamiento cognitivo para mejorar su calidad de vida, entre otros.

La esquizofrenia es un trastorno mental crónico que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Se caracteriza por síntomas como alucinaciones, delirios, pensamiento desorganizado y problemas en la función cognitiva y social. En España, según ha señalado Cobo Yagüe, “la incidencia de esquizofrenia es aproximadamente del 1% de la población, lo que significa que afecta a unas 450.000 personas en nuestro país”.

Para la especialista, el profesional de enfermería debe promocionar la autonomía y la capacidad de elección del paciente. Esto es, “empoderar a las personas con esquizofrenia para que participen activamente en su propio cuidado, tomando decisiones informadas y siendo partícipes en el desarrollo de su plan de tratamiento”, según ha explicado.

Por otro lado, Cobo Yagüe ha incidido en la importancia de realizar un abordaje holístico del paciente, “resaltando la necesidad de considerar no solo los síntomas de la enfermedad, sino también los aspectos físicos, emocionales, sociales y espirituales de la persona en su conjunto. Proporcionando un cuidado integral y centrado en la persona y en el entorno”. Asimismo, ha hecho hincapié en algunos de los retos y desafíos pendientes en la asistencia de la esquizofrenia, tales como asegurar la adherencia al tratamiento farmacológico y el manejo de los efectos secundarios de la medicación.

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