Cómo la música influye en nuestro cerebro y estado de ánimo
¿Alguna vez has sentido que una canción te transporta a otro lugar, te saca una lágrima o te pone de buen humor al instante? No es casualidad
Sí, la música tiene un gran poder para influir en nuestras emociones y en el funcionamiento del cerebro. Desde poder relajarnos tras un día complicado hasta motivarnos durante una sesión de ejercicio, la música está conectada con nuestro bienestar mental. ¿Por qué ocurre esto?
Cuando escuchamos música, numerosas áreas del cerebro se activan a la vez. No solo las regiones relacionadas con la audición, sino también aquellas que procesan emociones, recuerdos, lenguaje y movimiento. Es como si el cerebro entero se pusiera a bailar.
Uno de los protagonistas es el sistema de recompensa del cerebro, que es el mismo que se activa cuando comemos chocolate, recibimos buenas noticias o nos enamoramos. La música libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la motivación, por eso sentimos una especie de subidón cuando escuchamos una canción que nos encanta.
Además, la música también afecta a la producción de otras sustancias químicas como la oxitocina, la serotonina y reduce los niveles de cortisol.
Cómo cambia nuestro estado de ánimo
Siempre va a depender del tipo de música que se escuche, y con ello, el estado emocional puede cambiar en cuestión de minutos. Seguro que, si escuchamos una canción triste, de repente nos invade una sensación de melancolía, o, por el contrario, si escuchamos una canción energética, nos hace bailar en cualquier estancia.
Esto ocurre porque el cerebro interpreta las características de la música como el ritmo y el tono, y las traduce en señales emocionales. Las canciones con ritmos rápidos y tonos mayores suelen generar sensaciones de energía y alegría. Sin embargo, las melodías más lentas y con un tono menor, producen el efecto contrario, introducen nostalgia, tristeza o calma.
Es curioso, pero incluso la música triste puede hacernos sentir bien. A muchas personas les gusta escuchar canciones melancólicas porque así procesan sus emociones o se sienten acompañadas en momentos difíciles.
La música tiene una enorme capacidad para rememorar recuerdos. Una canción puede transportarnos directamente a un momento específico de tu vida, un viaje, una tarde con amigos, una cita, etc. Esto se debe a que las áreas del cerebro que procesan la música están muy conectadas con las regiones que almacenan la memoria, como la amígdala y el hipocampo.
Música como herramienta terapéutica
Este poder de la música se está utilizando en terapias para personas con enfermedades como el Alzheimer u otros tipos de demencia, ya que algunas canciones pueden ayudar a activar recuerdos que parecían perdidos, mejorar la comunicación y reducir la ansiedad.
Cada vez hay más estudios que respaldan el uso de la música como herramienta en el tratamiento de trastornos emocionales y psicológicos. La musicoterapia se utiliza para ayudar a personas con depresión, ansiedad, autismo y trastornos del sueño.
Por ejemplo, escuchar música relajante puede reducir la frecuencia cardiaca, disminuir la presión arterial y aliviar la tensión muscular. Además, puede fomentar y mejorar la creatividad y fortalecer vínculos sociales.
Incluso sin una sesión de musicoterapia formal, muchas personas usan intuitivamente la música para regular sus emociones: ponen música tranquila para concentrarse, canciones alegres para animarse o letras con las que se sienten identificados cuando necesitan desahogarse.
Hay quien se pregunta si existe una mejor música para el cerebro, y la verdad es que no hay una única respuesta, ya que cada persona tiene una relación única con la música. Lo que funciona para una persona, puede tener un efecto completamente distinto en otra. Si que es cierto que hay géneros o estilos musicales que suelen tener efectos generales:
- Música clásica o instrumental suave ayuda a la concentración y la relajación.
- Música upbeat como el pop o el funk puede mejorar el ánimo y darte energía.
- Música ambiental o de naturaleza puede ser ideal para meditar o dormir mejor.
La música no solo es entretenimiento: es una herramienta poderosa que puede cambiar cómo nos sentimos, pensar y recordar. Así que la próxima vez que necesites levantar el ánimo, concentrarte o simplemente dejarte llevar por los recuerdos, ya sabes qué hacer: dale al play.