La curiosa relación entre el gin-tonic y la malaria

Actualmente, el gin-tonic es uno de los combinados más famosos del mundo, pero muy pocos saben su historia

¿Sabías que la primera europea que superó la enfermedad de la malaria fue una aristócrata española? Así es, la condesa de Chinchón contrajo esa enfermedad en uno de sus viajes, y se salvó gracias a la corteza de una planta llamada cinchona. Posteriormente, unos científicos realizaron un estudio sobre esa planta y pudieron extraer de su corteza una sustancia llamada quinina. Esta, tenía propiedades que hacían curar la malaria. Gracias a este elemento, se fabricaron pastillas que entonces, se distribuyeron por las zonas donde esta enfermedad golpeaba más a su población.

Sin embargo, había un inconveniente, y es que el sabor de estas pastillas era tan amargo que costaba ingerirlo. Sin quererlo, unos soldados británicos designados en la India fueron los precursores del combinado. Comenzaron a disolver estas pastillas en agua para su mejor ingesta mezclándola con azúcar, zumo de lima y un chorro de ginebra. De esta manera consiguieron una bebida más amena de beber y con las mismas propiedades para combatir la enfermedad.

Con el paso del tiempo, esta bebida curativa tuvo gran importancia. Diferentes empresas vieron un importante negocio, por lo que no tardaron en comenzar a distribuir por todo el mundo la mezcla de agua carbonatada con el extracto de quinina, pasando a ser conocida como tónica.

Años más tarde, la tónica dejó de ser utilizada como medicina para la malaria, pero su uso junto a la ginebra cada vez se hacía más popular, siendo hoy en día uno de los combinados más famosos de todo el mundo. Además, las marcas de tónica han dejado de producir esta con quinina, siendo sustituida por distintos edulcorantes y diferentes sustancias químicas.

El Gin-tonic ha salvado más vidas y mentes de hombres ingleses que todos los doctores del Imperio

Winston Churchill