Quemaduras, prevención y cuidado
Las quemaduras representan una de las lesiones más frecuentes, graves e incapacitantes que puede padecer una persona
Según la RAE, una quemadura es la descomposición de un tejido orgánico, producida por el contacto del fuego o de una sustancia cáustica o corrosiva o una señal, llaga, ampolla o impresión que hace el fuego o una cosa muy caliente o cáustica aplicada a otra.
La gravedad de una lesión de este tipo depende de la profundidad, la extensión y el factor que la provoca. Los agentes más comunes de quemaduras son:
- Líquidos calientes (agua, aceite, café, etc.)
- Objetos calientes (hornos, planchas, estufas, etc.)
- Frío y bajas temperaturas
- Fuego (barbacoas, fuegos artificiales, fogatas, braseros, etc.)
- Electricidad (enchufes, cables, etc).
- Sustancias químicas
Existen tres tipos de quemaduras:
- Quemaduras de primer grado. En estas solo se observa un enrojecimiento de la piel, por ejemplo, una quemadura solar.
- Quemaduras de segundo grado. Estas se dividen en superficial y profundo. La superficial se muestra con enrojecimiento, ampollas y dolor, mientras que en el profundo no aparecen ampollas, pero la afectación es mayor. Este tipo de quemaduras es el que más duele.
- Quemaduras de tercer grado. En estas, la piel puede variar del color y está acartonada. No hay dolor en la quemadura, salvo en las zonas que la delimitan. Estas quemaduras son muy graves y en la mayoría de casos necesitan intervención quirúrgica.
Cuidados de las quemaduras
Estas ocurren de manera accidental y, si se actúa correctamente desde el principio, las lesiones y secuelas serán menores. Ante todo y lo más importante, hay que mantener la calma.
Lo primero que hay que hacer es aislar la fuente de calor o energía apagando la llama y tras esto, lavar y enfriar la zona quemada con agua a temperatura ambiente, durante cuatro o cinco minutos. El agua ayuda a detener la acción del calor y limpia la herida.
Se aconseja no retirar la ropa cercana a la quemadura, ya que puede estar pegada a la piel. Sin embargo, hay que retirar cualquier objeto que pueda comprimir la piel, como los anillos o pulseras, ya que la piel se inflama tras la quemadura.
Otro factor muy importante, no utilizar remedios caseros (vinagre, aceite, pasta de dientes, tomate, café, etc.), aunque logran aliviar momentáneamente el dolor, pueden repercutir negativamente la lesión.
Los cuidados variarán en función de la gravedad, extensión y profundidad de la quemadura. Al igual que la frecuencia de la cura, variará dependiendo de la vigilancia del profesional sanitario ante las lesiones.
Una vez que la quemadura está curada por completo, se aconseja no tomar el sol al menos durante un año tras curarse, utilizar jabón neutro e hidratante para la piel, aplicar el máximo factor de protección solar y evitar las horas puntas de sol.