Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA
La Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA carga con más de 40 años de experiencia en la protección de la salud mental de los españoles
La Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA es el gran paraguas del movimiento asociativo en salud mental en nuestro país: una entidad no lucrativa, de interés social y declarada de utilidad pública, nacida en 1983 para defender derechos, mejorar la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental y de sus familias, y representar su voz en el espacio público. Hoy integra a 18 federaciones y asociaciones autonómicas que agrupan a más de 340 entidades y alrededor de 60.000 personas asociadas, lo que le confiere una implantación estatal sostenida y una base social amplia y diversa. Esta combinación de misión, capilaridad y legitimidad social aparece formulada de manera coherente en su documentación institucional y de transparencia.
Su historia resume la evolución del propio movimiento: surgida como FEAFES en 1983, la organización consolidó redes territoriales, profesionalizó su gestión y, en 2015, adoptó la denominación Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, con la que quiso reforzar un lenguaje centrado en derechos y alejando etiquetas estigmatizantes. En 2023 la Sociedad celebró su 40º aniversario, un hito reconocido con el Premio Especial de los Premios CERMI; en 2025, además, la entidad recordó la década transcurrida desde el cambio de nombre, ejercicio de memoria que ilustra la continuidad de un proyecto que ha sabido actualizar su narrativa sin perder raíces.
Funciones y objetivos
En cuanto a funciones, la Confederación articula tres planos complementarios. En el plano de representación y defensa, impulsa incidencia política para asegurar que las políticas públicas adopten un enfoque de derechos humanos, con especial atención a la participación de mujeres y a la no discriminación. Por otro lado, en el plano comunitario, sostiene y fortalece a su red federada, promoviendo voluntariado, formación, empleo y proyectos de vida independiente; su plan estratégico explicita ese papel vertebrador del movimiento. Y, finalmente, en el plano internacional, participa en redes como Mental Health Europe, EUFAMI o la World Federation for Mental Health (WFMH), lo que le permite conectar agendas, compartir estándares y situar prioridades españolas en debates comunitarios.
El alcance de su trabajo es inequívocamente estatal, con proyectos que combinan sensibilización, apoyo directo y acompañamiento en contextos específicos. Los materiales de la organización y las evaluaciones de terceros recogen, por ejemplo, programas de apoyo en centros penitenciarios, iniciativas de ocio y turismo social en colaboración con IMSERSO, acciones de formación para el empleo y la escuela de salud mental, además de un flujo constante de publicaciones y guías prácticas que facilitan información fiable a familias, jóvenes y profesionales. Esa mezcla de intervención y producción de conocimiento contribuye a homogeneizar prácticas y a elevar el listón de la calidad en el conjunto de la red.
Promover la inclusión
Su organigrama combina órganos de gobierno, participación y gestión profesionalizada. La Asamblea General fija las líneas maestras; la Junta Directiva, presidida actualmente por Nel A. González Zapico, lidera la dirección política, apoyada por comisiones, por el Comité Pro Salud Mental en Primera Persona y por la Red Estatal de Mujeres, que incorpora de forma estructural la voz de quienes tienen experiencia propia. En 2024 la entidad anunció un rediseño organizativo para reforzar transversalidad y eficacia, y en 2025 celebró su Asamblea General con la aprobación del plan operativo anual. Este modelo, recogido en los Estatutos y en la información corporativa, asegura equilibrio entre gobernanza democrática, participación y coordinación técnica.
Los objetivos que guían esa arquitectura son claros y verificables: promover la plena ciudadanía y la inclusión en la comunidad; combatir el estigma y las vulneraciones de derechos, desde las coerciones en el ámbito sanitario hasta la discriminación múltiple por razón de género o de orientación sexual; y generar entornos que protejan la salud mental en la escuela, el trabajo y el ámbito digital mediante acciones como la publicación del Informe anual sobre el Estado de los Derechos Humanos en Salud Mental y la orientación a personas a través del Observatorio de Salud Mental, Derechos e Igualdad. Por otro lado, el Código Ético y de Buen Gobierno refuerza esos compromisos y detalla principios de transparencia y participación, mientras que los Estatutos fijan el marco jurídico de una confederación que actúa con y para las personas, no en su lugar.
Varias campañas a sus espaldas
La actividad de sensibilización y las campañas públicas son uno de sus signos de identidad. Cada 10 de octubre coordina la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental en España, impulsando lemas, materiales y actos en todo el territorio; en 2024 centró el foco en la relación entre precariedad laboral y malestar psíquico, con la iniciativa #TrabajoySaludMental y piezas audiovisuales protagonizadas por personas de su red. En los últimos años ha desarrollado campañas temáticas como #DerechoANuestrosDerechos, que visibiliza el impacto de las medidas coercitivas y reivindica alternativas respetuosas; colaboraciones con grandes medios como #NoTeHagasElLoco y 12 meses, 12 causas para amplificar mensajes contra el estigma; o #SaludMentalVsCovid19, lanzada durante la pandemia para facilitar pautas de autocuidado y apoyo mutuo. Esta continuidad y variedad prueban un músculo comunicativo que trasciende la efeméride anual y que trabaja con públicos muy distintos, desde jóvenes hasta entornos laborales.
En suma, la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA opera como un nodo imprescindible: agrupa y fortalece al tejido asociativo, eleva la voz de las personas con experiencia propia, dialoga con instituciones y medios, y produce herramientas que ordenan un campo donde conviven necesidades sanitarias, sociales y de derechos. Su legitimidad no es retórica: descansa en cuatro décadas de trabajo sostenido, en una red territorial que cubre el país y en una estrategia que combina incidencia, acompañamiento y pedagogía pública para que la salud mental deje de ser un asunto marginal y se sitúe, por fin, en el centro de las políticas públicas y de la vida comunitaria.

