Medicina

Hacia el fin de la excepcionalidad

Por Actualización de Medicina en Familia para SEMFYC.

A raíz de la nueva variante ómicron, AMF da 5 ideas clave para sobrellevar la pandemia que, ¿llega a su fin?

El virus no va a desaparecer.

Dos años conviviendo con el SARS-CoV-2, y sabemos que se va a quedar aquí durante muchos años. También cabe la posibilidad de que se convierta en una endemia que aparezca en los meses de frío (al igual que la gripe). ¿Sabías que el SARS-CoV-1 estuvo entre nosotros dos años y después desapareció? Estaría bien que a este coronavirus le pasara lo mismo, aunque es menos probable. Destacan cuatro factores que determinan el nivel de circulación de un virus respiratorio: factores del propio microorganismo, la inmunidad desarrollada por la población, la estacionalidad y el comportamiento humano. Dicen que de estos cuatro factores depende el futuro de la epidemia. ¿Es la variante ómicron la solución para que el SARS-CoV-2 se convierta en una enfermedad catarral? Solo el tiempo dirá si es así.

Vacunación basada en la evidencia y la equidad.

En diciembre de 2020 comenzaron a inocularse diferentes vacunas que, han demostrado ser muy efectivas para la prevención de enfermedad grave. Aún así, y siendo efectivas contra la gravedad que conlleva la enfermedad, no lo son tanto contra la infección o la enfermedad leve, sobre todo con la llegada de ómicron, como hemos podido ver estas últimas semanas. Otro tema es la decisión individual de vacunarse o no hacerlo; o la decisión de vacunar a toda la población, incluyendo a la población de bajo riesgo o la población infantil, destacando que eso no va a evitar que el virus siga circulando. Cuando hablamos de toda la población mundial, hablamos de toda la población mundial, ¿qué pasa con los países pobres? Algunos de ellos aún no han podido completar la pauta de vacunación a sus mayores o ni si quiera a los profesionales sanitarios.

Comunicación para una sociedad adulta.

¿Qué ocurre cuando encendemos la televisión o la radio? Sorpresa, coronavirus, alarmismo y más alarmismo. Hablan de números, hasta que llega un punto en el que no sabemos cuánta gente está contagiada, es contagiosa, o está enferma. Aseguran que contabilizar el número de infecciones que hay a diario ya no tiene ningún interés. Como hemos mencionado en el anterior punto, esta sexta ola con la llegada de ómicron ha podido infectar a más del 10% de la población en pocas semanas. Añaden que “la pandemia no acabará cuando no haya defunciones, sino cuando los medios y gobiernos les den el mismo tratamiento que al resto de causas”.

Recuperación de la (vieja) normalidad.

Durante estos dos largos años se han propuesto diferentes medidas para intentar reducir la circulación del coronavirus. Entre ellas están el confinamiento domiciliario, cierres perimetrales, limitación de aforo, toque de queda, y un largo etcétera. Pero ¿estas medidas han sido evaluadas? ¿han sido eficaces? Sí, pero no ha sido del todo correcto. Debemos recuperar cuanto antes la «vieja» normalidad, es decir, la vida como la conocíamos antes de marzo de 2020: sin mascarillas ni limitaciones de la interacción social.

Dejar de hacer para poder hacer.

España y otros tantos países han implantado un sistema de control de contagios. Este está basado en el aislamiento domiciliario de aquel que de positivo en coronavirus. A ello se le suma el rastreo y posible cuarentena de sus contactos estrechos (aunque esto está cambiando por las vacunas y la sintomatología de cada uno). La Atención Primaria, ¿qué le está ocurriendo? Los centros de salud han tenido, y siguen teniendo una gran carga de trabajo por la detección de casos, el rastreo de contactos, la atención a los enfermos… El sistema sanitario tiene como objetivo llegar a tratar la COVID como una gripe, dar un diagnóstico clínico y recomendaciones sobre autocuidado y prevención de contagios a otras personas. “Solo así podremos atender debidamente a quien de verdad lo necesite, por COVID o por cualquier otra dolencia. Debemos acabar con la excepcionalidad: la COVID-19 debe ser tratada como el resto de las enfermedades. La inmunidad adquirida y la llegada de ómicron así lo permiten”.

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