Reforma sanitaria
El 14 de marzo de 2020, el Gobierno de España comunicó a través de su Presidente, Pedro Sánchez, el estado de alarma. Este Real Decreto llegó tarde y con muchas fisuras, provocando una crisis sanitaria sin precedentes en la que fallecieron miles de personas. Se colapsó el sistema sanitario y los profesionales se vieron desbordados en medios y conocimientos para afrontar la crisis. Las maratonianas jornadas a las que se vieron obligados a trabajar hasta la extenuación, por su sentido de la responsabilidad, fundamentalmente, provocó el apoyo unánime e incondicional de la ciudadanía, también la admiración. Tres años después, el sistema sanitario español, en general, no ha mejorado en nada sus condiciones laborales para dar una atención adecuada a las personas. ¿De qué sirvieron el esfuerzo y el reconocimiento durante aquel año 2020? De nada. “(Gracias) por los servicios prestados y hasta la siguiente crisis, donde volveremos a pedirles que lo den todo”.
Es hora de plantear una reforma integral donde se corrijan los errores políticos y administrativos y se sitúe a los profesionales en el lugar que les corresponde: en condiciones, sueldos y, sobre todo, capacidad para la toma de decisiones en cuanto a gestión. Dentro del colectivo sanitario, los hay suficientemente capacitados para llevar a cabo la profunda reforma que, de carácter urgente, ha de aplicarse.
Dejen de politizar la Sanidad, por favor. ¡Nos importa un pimiento quien gobierne!, los ciudadanos solo queremos ser atendidos a tiempo y correctamente.
José Luis Águeda
Editor
«Los hombres van de una ambición a otra: primero, buscan asegurarse contra el ataque y luego, atacan a otros.» (Maquiavelo)