El dolor neuropático afecta a 3 millones de personas en España y cada año se suman 400.000 nuevos casos
El dolor neuropático es uno de los dolores más complejos de tratar y no responde a los analgésicos convencionales
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más del 30% de la población española sufre algún tipo de dolor pero, además, más de un 5% de la población lo padece diariamente y al menos un 20% lo sufre desde hace más de tres meses. Todo dolor que tiene lugar de forma continua (durante más de cuatro días a la semana) y persiste desde hace al menos tres meses es lo que se denomina dolor crónico y, desde hace varios años, la Organización Mundial de la Salud lo considera no un síntoma, sino una enfermedad en sí misma. Mañana, 17 de octubre, es el Día Mundial contra el Dolor.
A la ya altísima prevalencia del dolor crónico en España se une el hecho de que en las últimas décadas ha aumentado el número de personas que lo padecen, principalmente por el envejecimiento progresivo de la población, algo que seguirá impactando aún más tanto a nivel sociosanitario como económico. Actualmente, el dolor crónico es la causa de más del 17% de los casos de discapacidad registrados en Europa y genera unos gastos superiores al 1,5% del PIB en los países desarrollados. Se estima incluso que en España su coste alcanzaría más del 2,5% del PIB y que hasta el 40% de la población española mayor de 65 años ya vive con algún tipo de dolor crónico.
«Dentro de todos los posibles tipos de dolor crónico que existen, uno de los más prevalentes es el dolor neuropático, que además es uno de los dolores más complejos y difíciles de tratar», señala la Dra. Montserrat González Platas, Coordinadora del Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la SEN. «Se estima que en Europa el 20% de la población sufre dolor crónico, y un 25% de estos pacientes presenta dolor predominantemente neuropático, lo que equivale a que actualmente 50 millones de europeos lo padecen. Además, cada año, un 1% de la población europea comenzará a desarrollar este tipo de dolor».
Deterioro de la calidad de vida
El dolor neuropático es una afección neurológica que aparece como consecuencia de alteraciones del sistema nervioso, tanto periférico como central y, a diferencia de otros tipos de dolor, no se trata de un dolor “de aviso” del cuerpo cuando hay una lesión, sino que lo provoca nuestro propio sistema nervioso, que al funcionar de forma anómala, confunde estímulos normales con dolorosos. Por lo tanto, frente a estímulos comunes que no suelen resultar molestos para la gran mayoría de la población, el cuerpo los percibe como dolorosos y, en consecuencia, el dolor pierde su función de alerta y protección.
Los pacientes que lo sufren experimentan un intenso dolor continuo, quemante y punzante, y algunas personas también pueden sentir calambres y sensación de descarga eléctrica. Suele localizarse en una parte concreta del cuerpo, aunque en algunos casos puede afectar a varias zonas. Se trata de una enfermedad que afecta significativamente a la calidad de vida de las personas que lo sufren, ya que así lo afirman un 85% de los pacientes.
«Uno de los principales problemas del dolor neuropático es que no responde a los analgésicos convencionales y, con los tratamientos actuales, menos del 60% de los pacientes logran un adecuado alivio del dolor. Esto hace que el dolor neuropático sea uno de los principales dolores crónicos que existen, porque una vez instaurado es común que los pacientes tengan que convivir con él meses e incluso años. Cuando aparece, el tiempo de evolución es de alrededor de 30 meses, durante los cuales el sistema nervioso mantiene activa la señal de dolor sin una causa evidente, afectando al descanso, el ánimo y la calidad de vida de los pacientes», explica la Dra. González Platas.
«El dolor neuropático es, por lo tanto, uno de los mayores desafíos en el manejo del dolor crónico y también es uno de los tipos de dolor que con más frecuencia se encuentra en la práctica clínica. Estimamos que, en España, el 50% de las consultas que se realizan en Atención Primaria son por dolor, y de ellas, el 25% corresponden a dolor neuropático», concluye la Dra. González Platas.
Causas, consecuencias y diagnóstico
En España, y según datos de la SEN, el dolor neuropático afecta a 3 millones de personas y cada año se producen alrededor de 400.000 nuevos casos, siendo más frecuente en mayores de 55 años y en mujeres (57% de los pacientes). Detrás del origen del dolor neuropático se encuentran una gran variedad de factores, como lesiones, infecciones, enfermedades o tratamientos médicos. Pero la diabetes y el dolor lumbar son las patologías que más frecuentemente se asocian a dolor neuropático, así como las secuelas postraumáticas o posquirúrgicas. Aunque algunas personas también pueden desarrollar la misma clínica de dolor neuropático sin una causa aparente.
«Además de la elevada intensidad de dolor, cuando hablamos de dolor neuropático frecuentemente estamos hablando de otras comorbilidades que suelen ir acompañándolo, principalmente en forma de alteraciones del sueño, cansancio o pérdida de concentración, que pueden afectar considerablemente al estado de ánimo, la personalidad y las relaciones familiares y sociales del paciente. Y, todo ello, junto a la dificultad en el tratamiento, bien por falta de respuesta analgésica o por mala tolerabilidad a los fármacos utilizados, complica el cuadro clínico», señala la Dra. Montserrat González Platas.
La depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño son significativamente más prevalentes en pacientes con dolor neuropático que en pacientes con otros tipos de dolor. Además, su impacto en la vida de los pacientes es muy relevante: el 40% de los pacientes ha sufrido dolor durante más de 5 años, el 60% presenta trastornos del sueño, el 34% depresión, el 25% ansiedad, el 27% se siente constantemente cansado y el 65% ha tenido que restringir sus actividades diarias.
«En el caso del dolor neuropático, un diagnóstico precoz puede marcar la diferencia, porque cuanto antes se identifique el origen y se inicie un tratamiento adecuado, mayores son las posibilidades de aliviar el dolor y evitar que se cronifique. Existen opciones farmacológicas para aliviar el dolor y recuperar calidad de vida y, aunque el dolor neuropático no siempre desaparece por completo, con el tratamiento adecuado puede controlarse, reducir su intensidad y dejar de condicionar el día a día. Lo fundamental es dar con la causa, abordarla de forma personalizada y, sobre todo, no rendirse si los primeros tratamientos no funcionan. Además, en determinadas situaciones, especialmente cuando el dolor neuropático está provocado por una compresión nerviosa o una lesión estructural, la cirugía también puede ser una opción efectiva para su tratamiento», concluye la Dra. Montserrat González Platas.

