Medicina

La hemorragia posparto, un problema con graves repercusiones y que se reduce eficazmente con un abordaje precoz

Una evaluación precoz de la hemostasia o de complicaciones relacionadas con la sangre consigue una marcada disminución de la hemorragia posparto masiva

La mujer adquiere un protagonismo particular en el LXV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y XXXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), #Hemato2023, que se celebra en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, Fibes, hasta el 28 de octubre. Diferentes sesiones, e incluso un libro monográfico, abordan distintos aspectos relacionados con la hemostasia, la trombosis y la mujer, especialmente durante el embarazo y el posparto.

Así, los profesores Peter Collins y Rachel Collis, del Hospital Universitario de Gales (Cardiff, Reino Unido), que participan en el Programa Educacional del Congreso, pondrán de relieve los beneficios de una detección rápida de la coagulopatía obstétrica aguda durante la hemorragia posparto. Como detallan estos expertos, “la hemorragia posparto suele controlarse con intervenciones obstétricas, pero en algunos casos la alteración hemostática puede empeorar la hemorragia”.

La coagulopatía obstétrica aguda generalmente ocurre temprano durante un sangrado, y puede estar presente antes de que se reconozca un sangrado anormal. “A menudo se asocia con desprendimiento de placenta y embolia de líquido amniótico, pero es impredecible y puede ocurrir con cualquier causa de sangrado”, ha indicado el Prof. Peter Collins.

Posibles complicaciones de la hemorragia posparto

Además, la coagulopatía obstétrica aguda se asocia con altas tasas de muertes fetales y neonatales, sobre todo cuando no se hace un abordaje temprano, ya que puede complicarse la evolución de la enfermedad. “El tratamiento de la hemorragia posparto requiere el reconocimiento temprano del sangrado anormal para que la causa subyacente pueda tratarse con intervenciones obstétricas y un correcto tratamiento”, asegura la Prof. Rachel Collis.

Por tanto, “las mujeres con coagulopatía obstétrica aguda deben ser identificadas tempranamente”. Según los expertos, en ocasiones las pruebas de laboratorio “tardan demasiado en ser clínicamente útiles”, por lo que es necesario emplear otras técnicas o terapias para corregir el defecto hemostático. “En caso de hemorragias muy grandes, también pueden ser necesarias plaquetas y plasma fresco congelado”, han añadido.

Los investigadores de la Universidad de Gales han desarrollado un método para reconocer y tratar la hemorragia posparto y la coagulopatía obstétrica aguda, y han publicado la ‘Estrategia de sangrado obstétrico’ para Gales. Este documento recomienda una evaluación más temprana de la hemostasia o de complicaciones relacionadas con la sangre. Esta estrategia de tratamiento, según los Prof. Collins, “ha conseguido una marcada disminución de la hemorragia posparto masiva en Gales, con un número significativamente menor de mujeres que requieren transfusión de sangre”.

Presentación del libro ‘Trombosis en la mujer’

Precisamente en el ámbito de la mujer, y durante el Congreso de Sevilla, se ha presentado el libro ‘Trombosis en la mujer: una visión integral y práctica’, elaborado con la colaboración de LEO y editado por Arán Ediciones. Este volumen aborda varias áreas de gran interés, como los cambios fisiológicos de la hemostasia en la gestación, la enfermedad tromboembólica venosa y la anticoagulación, la trombofilia y las pérdidas fetales, las implicaciones de la hemostasia en mujeres con complicaciones vasculares gestacionales o sometidas a técnicas de reproducción in vitro o el tratamiento hormonal.

Uno de los temas destacados por la Dra. Pilar Llamas, vicepresidenta de la SETH y coordinadora del libro, ha sido el uso de los anticonceptivos hormonales combinados, “una terapia que reciben muchas mujeres, de las que, desafortunadamente, algunas van a desarrollar trombosis”.

La Dra. Llamas ha comentado que entre los factores de riesgo trombótico destacan los antecedentes personales o familiares, el tabaquismo, el sobrepeso o tener una trombofilia de base. “Estos factores marcan la estrategia para realizar una profilaxis antitrombótica en una mujer en edad fértil”, ha dicho la especialista.

Epidemiología y tromboembolismo venoso

Por su parte, el Prof. John-Bjarne Hansen, del Hospital North Norway de Tromsø, ha presentado en el Congreso los principales resultados del Estudio Tromsø, que evalúa el impacto del síndrome metabólico (sobrepeso, hipertensión, colesterol, etc.) sobre el riesgo de sufrir tromboembolismo venoso (TEV).

Una de las claves, según este experto, es “realizar un enfoque metodológico avanzado por parte de los epidemiólogos clínicos”. Según ha subrayado, “a menudo necesitamos planificar interacciones estrechas con biólogos y médicos (investigación traslacional) para descubrir factores de riesgo modificables causalmente relacionados con el tromboembolismo venoso. Dichos factores podrían ser objetivos atractivos para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad”.

El TEV afecta a casi diez millones de personas en el mundo, y una de cada doce personas experimenta un evento de este tipo durante su vida. “La incidencia de esta enfermedad ha aumentado en los últimos 15 años, y se supone que lo hará aún más debido al incremento de los principales factores de riesgo, como la obesidad o el envejecimiento”, ha apuntado el Prof. Hansen. Una de las principales complicaciones a largo plazo de la TEV es la recurrencia, que afecta al 20-30% de los pacientes en un plazo de cinco años.

El experto de Noruega ha explicado cómo la epidemiología puede ayudar a reducir los efectos del TEV. “En primer lugar, es necesario acceder a cohortes con mediciones de exposición de alta calidad, biomarcadores de interés y registros validados de los resultados”, ha señalado. En esta línea se ha realizado el Estudio Tromsø, basado en encuestas de salud repetidas de habitantes adultos mayores de 20 años de Tromsø, que incluye los datos de más de 40.000 personas.

El Prof. Hansen ha detectado dos ejemplos de componentes del sistema del complemento asociados a un mayor riesgo de tromboembolismo venoso: MASP-2 e inhibidor de C1.

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