Medicina

«Laboratorios Clínicos Verdes y Sostenibles»

Medicina de Laboratorio, clave en el desarrollo de un sistema de salud sostenible que minimice el impacto ecológico sin comprometer la atención médica

Toda actividad humana repercute en el medio ambiente, también la práctica sanitaria. Los laboratorios clínicos son grandes consumidores de agua y energía, así como productores de residuos químicos y contaminantes. La Medicina de Laboratorio debe contribuir a un sistema de salud sostenible que garantice el uso eficiente de los recursos desde un punto de vista ecológico, social y económico sin comprometer la calidad de la atención médica. En la guía de la European Federation of Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EFLM), “Laboratorios Clínicos Verdes y Sostenibles», se despliega una hoja de ruta hacia la sostenibilidad en el ámbito de la Medicina de Laboratorio.

La Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) ha traducido la guía al español, con el fin de ampliar su difusión y abordar la imperativa necesidad de transformar los laboratorios clínicos en espacios respetuosos con el medio ambiente. El plan estratégico 2022-2024 de la SEQCML incluye la promoción del desarrollo sostenible en la práctica del laboratorio, según los principios de la Agenda 2030. La Sociedad apuesta claramente por el trabajo de los laboratorios en un entorno de sostenibilidad, cuidado y mejora del medio ambiente.

La guía, resultado del esfuerzo colaborativo entre diversos expertos, plantea una visión de laboratorios más eficientes en el uso de recursos, energía y productos químicos. Así lo indica la responsable de su traducción y miembro de la Comisión de Residentes y Jóvenes Científicos de la SEQCML, Blanca Fabre Estremera, quien agrega que el Grupo de Trabajo de la EFLM, “Laboratorios Clínicos Verdes y Sostenibles”, “se creó con el propósito de dirigir a la comunidad de la Medicina de Laboratorio en su transición hacia unos espacios más sostenibles”.

En la actualidad, los laboratorios clínicos de diferentes áreas de la Medicina de Laboratorio pueden aplicar para conseguir la certificación de la EFLM de “Laboratorio verde”, en base a una serie de criterios. Tal y como afirma la vicepresidenta de la SEQCML, Mercè Ibarz Escuer, estos criterios se hallan recogidos en un documento que abarca las acciones relativas a la gestión de productos químicos como la existencia de trazabilidad de uso o la correcta identificación y eliminación de los mismos, entre otros. “El texto también recoge criterios como la existencia de un programa de educación en prácticas sostenibles para los profesionales de laboratorio y la inclusión de conceptos como el uso del mínimo de contenedores o de la reducción del material plástico en las negociaciones con los proveedores”, detalla la vicepresidenta de la SEQCML.

Equilibrio entre medio ambiente y atención médica

A través de la guía, la EFLM lidera un movimiento en sintonía con el Pacto Verde Europeo, promoviendo prácticas que minimicen el impacto ecológico sin comprometer la calidad de la atención médica. Sus autores plantean un conjunto de recomendaciones y buenas prácticas en cuatro áreas principales de su actividad: energía, agua, residuos y uso de productos químicos peligrosos.

En lo que respecta al consumo de energía, se propone reducir el consumo de energía en el flujo de trabajo de laboratorio, reducir el consumo de gasolina por parte de la logística y el personal de laboratorio, invitar a los proveedores a unirse en la iniciativa y utilizar si es posible fuentes de energía renovables. “Por ejemplo, una medida sencilla es cambiar las bombillas fluorescentes por LED, que proporcionan la misma intensidad luminosa, tienen una vida útil más larga y consumen un 50% menos de energía”, señala Blanca Fabre. En cuanto al consumo de agua, se debe evaluar la calidad del agua necesaria para cada proceso de laboratorio, así como adoptar una política de compras ecológicas, entre otros.

Aparte, la guía recoge una serie de recomendaciones para la gestión de residuos, como revisar periódicamente el inventario de productos químicos para evitar compras excesivas, así como en el uso de productos químicos peligrosos, que deben eliminarse, reducir su cantidad o sustituirse. “Se recomienda utilizar la Química Verde para sustituir los productos químicos por alternativas menos tóxicas”, precisa Blanca Fabre.

Por último, el documento contempla una serie de medidas adicionales. Entre ellas, el desarrollo de políticas medioambientales, donde se recomienda que cada laboratorio nombre a un responsable de medio ambiente que establezca una política medioambiental y proporcione documentación, además de compras ecológicas, esto es, seleccionar productos que minimicen el impacto ambiental a lo largo de todo su ciclo de vida.

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