Medicina

Alergias: ¿cuáles son las más extrañas y poco frecuentes?

Exploramos algunas de las más atípicas e inconvenientes que existen

Tener alergias es algo muy común. Todos conocemos a alguien -o incluso nosotros mismos- que padece alguna. Entre ellas las más habituales y clásicas son las alergias a ciertos alimentos (frutos secos, trigo, marisco…), a los ácaros, al látex, al polen o al pelo de los animales. En estos casos acaban convirtiéndose en pequeños inconvenientes con los que las personas que las padecen se acostumbran a convivir. Pero, ¿qué ocurre cuándo estas alergias nos afectan de formas que no estamos preparados para combatirlas? A continuación dejamos algunas de las más atípicas que existen.

Alergia al agua

También referida como urticaria acuagénica, la alergia al agua es la reina de las alergias extrañas. Tan solo 30 personas alrededor del mundo la padecen; o lo que es lo mismo, una de cada 230 millones de personas en el mundo son alérgicas al agua. Tras el contacto con ella, la piel reacciona con un picor intenso y enrojecimiento que puede derivar en erupciones cutáneas y sarpullidos. Por si pareciese poco conveniente, hay que tener en cuenta además como esto afecta a la higiene personal. Darse duchas muy breves en conjunto al tratamiento con antihistamínicos es la mejor forma de sobrellevar esta afección que, a día de hoy, carece de cura.

Alergia al sol

Esta alergia recibe también el nombre de erupción polimorfa lumínica. La exposición directa a la luz solar durante un cierto tiempo causa ronchas y quemaduras en la piel de quien la sufre. Su causa exacta es desconocida, pero no es hereditaria. Los expertos recomiendan combatirla con una exposición paulatina y un consumo mayor de alimentos antioxidantes como puede ser la zanahoria.

Alergia al frío

La hipersensibilidad al frío incluye a toda exposición a las bajas temperaturas, ya sea el viento, agua fría, objetos que estén a baja temperatura o incluso la ingesta de bebidas y alimentos fríos. Afecta tan solo a 1 de cada 2000 personas, normalmente adultos jóvenes. Sus síntomas suelen ser, además de la característica picazón, fiebre, dolor muscular y malestar general, con lo que puede ser confundida con una gripe.

Alergia al ejercicio y al sudor

Aunque técnicamente no sean lo mismo, la alergia al sudor y la alergia al ejercicio van de la mano en tanto que impiden al afectado realizar actividad física intensa. En el caso del sudor, los síntomas suelen aparecer en las zonas de mayor sudoración como manos o axilas. Se estima que su causa está relacionada con la alimentación. Con las secreciones se expulsarían algunas sustancias químicas presentes en los alimentos; al entrar estas en contacto con la piel esta reaccionaría en rechazo.

En cuanto al ejercicio, sucede de una forma parecida al sudor. Son agentes externos como alimentos o medicinas los que reaccionan con la actividad física y provocan los síntomas. Las personas que padecen esta clase de alergia deben hacer ejercicio en dosis pequeñas, y frenar tan pronto aparezcan los primeros indicios de reacción.

Alergia al semen

Cuando se manifiesta suele diagnosticarse erróneamente como una enfermedad de transmisión sexual por su naturaleza. Es más común en mujeres, aunque también existen casos de hombres que reaccionan con alergia a su propio semen. Aunque se desconoce su origen, se cree que estaría relacionado con algunas de las proteínas presentes en el esperma.

Alergia a las vibraciones y alergia a la presión

Al igual que ocurre con el ejercicio y el sudor, estas dos alergias tienen una estrecha relación. Ambas se producen como reacción a movimientos inesperados. En el caso de las vibraciones, basta con encontrarse en un coche o un barco para que se empiecen a manifestar los síntomas. El cuerpo de estas personas percibe las vibraciones como una agresión y reacciona mediante llagas y erupciones cutáneas. También incluye problemas vasculares y dolor en músculos y articulaciones.

La alergia por presión es, por otro lado, una especie de hipersensibilidad al contacto. Ya sea por otro humano o por un objeto, en el momento en que la piel del afectado sea presionada se producirá una hinchazón que irá acompañada de urticaria.

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