Estos son los pasos que debes seguir si no quieres poner en riesgo tu salud

En la época de los hiperprocesados y la comida rápida, comer de forma equilibrada puede convertirse en una tarea titánica. Tanto si comemos fuera como si compramos comida de un supermercado tenemos que estar atentos a una selección de variables: fecha de caducidad, azúcares, calorías, grasas saturadas, aceite de palma… A todas estas se les suma la posibilidad de que, además, podamos contraer una intoxicación por consumir un alimento mal envasado o pasado de fecha. A continuación dejamos algunos consejos para evitar esta situación.

La higiene, clave tanto antes como después

Tener una correcta higiene es esencial a la hora de cocinar. Manipular comida con las manos sin lavar puede conllevar riesgos para la salud; de esta forma pueden transmitirse bacterias a los alimentos que vayamos a ingerir. Además, una vez que hayamos terminado de preparar la comida se deben lavar nuevamente las manos, los platos y los cubiertos con especial cuidado. De esta forma evitaremos que queden restos de alimentos, especialmente si se trata de carne o de pescado.

Cuidado con comer al aire libre

¿A quién no le ha pasado alguna vez que con la llegada del buen tiempo le apetece comer en un parque? A pesar de ser una idea atractiva, debemos ser conscientes de todo lo que conlleva. Es por ello que lo esencial en estas circunstancias es llevar un bote de gel hidroalcohólico que nos permita eliminar todas las bacterias presentes en nuestras manos, así como evitar que la comida toque superficies que no estén limpias.

En cuanto a las barbacoas, deberá evitarse dejar la carne sin cocinar al aire libre por un largo periodo de tiempo. Para ello deberá mantenerse tapada y en frío. En el momento que se cocine, además, habrá que tener en cuenta el tiempo de cocción de la misma, para evitar la proliferación de gérmenes.

El tiempo, nuestro peor enemigo

Como ya avisábamos antes, la carne en las barbacoas no puede quedarse sin tapar y a temperatura ambiente durante un tiempo prolongado. En general, cualquier alimento perecedero tendrá que ser cubierto y refrigerado en un periodo de dos horas. De lo contrario, dejarán de ser seguros para el consumo. Da igual que estemos en casa, lo óptimo es guardar la comida que sobre inmediatamente en la nevera a una temperatura media de 4.5 grados centígrados.

Ojo avizor con los paquetes, recipientes y latas

Cuando compramos comida envasada es esencial fijarse en el estado del paquete. Cualquier muesca, cualquier perforación por la que haya podido entrar aire es una vía libre para las bacterias. Con las latas de refrescos ocurre algo similar: las que estén abolladas o presenten hendiduras no deben consumirse.

Finalmente, a la hora de guardar los alimentos consumidos, jamás deberán conservarse la carne cocinada en el mismo recipiente que la carne cruda. Si se decidiese reutilizar el mismo envase deberá desinfectarse mediante un lavado en profundidad.