El Laboratorio de Urgencias, clave para el diagnóstico, pronóstico y seguimiento de los pacientes en un tiempo de respuesta corto
Su labor resulta fundamental tanto en pacientes con patologías tiempo dependientes, como en otras áreas que requieren de la obtención rápida de resultados para el manejo del paciente e instauración de terapias
La Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) celebra los días 20 y 22 de junio la segunda edición del curso, “Bienvenidos al Laboratorio de Urgencias”, en el marco de su proyecto de formación virtual ACADEMIA SEQCML; con el objetivo de que los residentes de Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica adquieran una visión 360º del Laboratorio de Urgencias, además de presentar sus aspectos más novedosos.
El Laboratorio de Urgencias es el responsable de proporcionar resultados de magnitudes urgentes, y aunque no existe un consenso para definir estas, tradicionalmente se consideran como aquellas que pueden modificar la actitud en el manejo, terapia y estratificación del riesgo de un paciente. Tal y como asevera la miembro de la Comisión de Magnitudes Biológicas Relacionadas con la Urgencia Médica de la SEQCML, la Dra. Clara Ramírez Serra, el papel de un Laboratorio de Urgencias es esencial en un Laboratorio Clínico: “Sabemos que alrededor del 70% de las decisiones clínicas se toman en base a los resultados del laboratorio, permitiendo tomar acciones diagnósticas, de seguimiento y terapéuticas para el paciente. Ejemplos claros, y que son requeridos en un alto porcentaje, son los pacientes con sospecha de sepsis o síndrome coronario agudo”.
Marcadores de daño cerebral
El traumatismo craneoencefálico (TCE) es una causa frecuente de consulta en los Servicios de Urgencias. Según indica el Dr. Daniel Morell García, miembro de la Comisión de Magnitudes Biológicas Relacionadas con la Urgencia Médica de la SEQCML, si bien un porcentaje mayoritario de dichos traumatismos son leves, herramientas como la escala de Glasgow para valorar el grado de consciencia “presentan una alta subjetividad y limitaciones en determinados subgrupos de pacientes, por ejemplo, en estado de embriaguez o inconsciencia”. Por otro lado, incide en que la tomografía computarizada (TC) de cabeza es la técnica de referencia para valorar el daño cerebral en pacientes con TCE. Sin embargo, señala que, además de la irradiación que implica para el paciente, su rendimiento diagnóstico es bajo, tiene un coste elevado e implica alargar los tiempos de estancia de los pacientes en los servicios de urgencias.
“En este sentido, la posibilidad de medir en sangre un marcador que nos permita descartar el daño cerebral en pacientes con TCE leve contribuirá a racionalizar el consumo de recursos sanitarios, evitar la irradiación innecesaria y disminuir la estancia del paciente en Urgencias”, destaca el Dr. Morell García, quien explica que los marcadores de daño cerebral son “aquellos que están relacionados específicamente con el tejido y las células cerebrales y cuya medición en un líquido biológico refleja la extensión y gravedad del daño que ha sufrido el tejido”.
Para abordar todos los avances en este campo, entre las principales novedades del curso, en esta segunda edición se introducirá la utilidad de los biomarcadores de daño cerebral en el manejo del paciente con TCE. Durante el mismo, se explicará cuáles son los principales mecanismos fisiopatológicos asociados a un incremento de dichos biomarcadores, la interpretación de estos incrementos, así como la forma en que dichos biomarcadores deben ser incorporados a la práctica asistencial (puntos de corte, utilidad en el paciente anticoagulado y pediátrico, etc.), “interpretados de forma conjunta con otros hallazgos clínicos y radiológicos, para obtener el máximo rendimiento de su medida”, según informa el Dr. Morell García.
Además del TCE leve, el experto remarca que la medida de estos marcadores también podría dirigirse a otros fines, como la evaluación y pronóstico del TCE moderado-grave y seguimiento de la evolución del paciente con TCE, así como otras patologías, de origen diverso, caracterizadas por el daño del tejido neuronal y glial, “aunque en estos casos la evidencia es menor y debemos seguir realizando estudios que permitan valorar su utilidad”, resume el Dr. Morell García.
Respuesta rápida para la toma de decisiones
El trabajo en el Laboratorio de Urgencias se asocia frecuentemente al Servicio de Urgencias de un gran hospital o los Servicios de Cuidados Intensivos. Sin embargo, tiene una gran implicación y responsabilidad sobre otros servicios, los cuales también requieren de una respuesta en un tiempo adecuado para la toma de decisiones. De esta manera, como apunta la Dra. Ramírez Serra, los pacientes que acuden al hospital de día de oncología, hematología u otros tratamientos terapéuticos también necesitan de resultados rápidos del laboratorio para las diferentes terapias. “Incluso, en hospitales en los cuales existe fusión con la atención primaria, podemos dar servicio a peticiones urgentes de la propia atención primaria. Todos ellos pueden ser circuitos diferentes, pero con las mismas necesidades y objetivos, con resultados en un tiempo de respuesta corto y evidentemente con unos requisitos de calidad analítica”, precisa la Dra. Ramírez Serra.
El Laboratorio de Urgencias es un área que acompañará al especialista a lo largo de toda su vida profesional, ya sea analista clínico, bioquímico, hematólogo o microbiólogo. Por tanto, desde la Comisión de Magnitudes Biológicas Relacionadas con la Urgencia Médica se incide en la necesidad de este curso. “Es de vital importancia que los residentes que comienzan su proceso formativo y profesional se involucren desde el principio y adquieran un conocimiento sólido sobre qué es un Laboratorio de Urgencias, cómo funciona y por qué es tan relevante en el ámbito de la sanidad. Además, es crucial que comprendan el valor añadido que aportamos como profesionales y cómo nuestras contribuciones impactan en los resultados de las pruebas”, señala la Dra. Ramírez Serra.
El curso «Bienvenidos al Laboratorio de Urgencias» ofrece una visión completa de las distintas fases analíticas que se llevan a cabo en el laboratorio. Además, profundiza en áreas de gran demanda en el Servicio de Urgencias, como el estudio de la función cardíaca, el importante papel del laboratorio en el diagnóstico y seguimiento de la sepsis, la evaluación de la función hepática, digestiva y renal, así como el análisis de otros fluidos biológicos más allá de la sangre y la orina.