Investigación

Un estudio revela que quienes consumen alcohol, tabaco y cannabis de forma regular suelen tener pensamientos suicidas más frecuentemente

El trabajo, que ha sido llevado a cabo por varios investigadores norteamericanos, deja en evidencia la lastrada salud mental de los más jóvenes

Durante los últimos años, la salud mental se ha convertido en una de las mayores preocupaciones por parte de expertos. El ritmo de vida, las dificultades para conciliar vida laboral, familiar, aficiones y otras actividades o la situación socioeconómica se han convertido en factores que muchos profesionales han señalado como causantes de esta serie de trastornos psicológicos. Sin embargo, no son los únicos. Un grupo de investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) en colaboración con la Universidad de Minnesota han llevado a cabo un estudio que relaciona el consumo regular de alcohol, tabaco y cannabis con una mayor frecuencia de pensamientos suicidas.

El estudio, que se publicó en la revista JAMA Pediatrics, indica que estas sustancias están también estrechamente relacionadas con trastornos como la depresión, la ansiedad o la falta de atención e hiperactividad. Para ello tomó como base una encuesta realizada a más de 15.000 estudiantes de secundaria de todo Massachusetts durante el curso 2022-2023.

Unos datos preocupantes

Randi M. Schuster, profesor de psicología en el Departamento de Psiquiatría del MGH y autor del estudio explica que su equipo intentó «determinar si el uso de sustancias se asociaba de forma dependiente de la dosis con diversos síntomas psiquiátricos en una muestra grande de estudiantes de secundaria, y si estas asociaciones diferían según el tipo de sustancia utilizada». Concluyeron así que los pensamientos suicidas eran hasta cinco veces más frecuentes en aquellos estudiantes que hacían uso de estas sustancias a diario. Esta encuesta reafirma, además, los resultados de otra llevada a cabo en 2021, que ofreció unas conclusiones similares.

Como reflexión sobre estos datos, que pueden extrapolarse a nivel internacional, queda en evidencia la necesidad de que se aborden medidas y políticas de intervención, tanto para prevenir el abuso de alcohol o nicotina como para minimizar los daños en quienes ya los consumen. Asimismo, es prioritaria la detección de comportamientos autolesivos con el fin de evitar que este tipo de actitudes se vean incrementadas mediante la ingesta de sustancias. El abordaje de la salud mental durante la adolescencia es, de esta forma, clave para garantizar un futuro mejor para los más jóvenes.

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