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La AEEH recomienda la higiene de manos y alimentos como mejor medida preventiva eficaz frente a la hepatitis A

La hepatitis A es una enfermedad hepática infecciosa que se transmite principalmente por la ruta fecal-oral

El portal comunitario RASFF (Rapid Alert System Feed and Food) ha alertado de la «presencia de Hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos» detectada en algunos puntos de entrada de este producto en España. La hepatitis A es una enfermedad hepática infecciosa cuya transmisión ocurre principalmente por la ruta fecal-oral, sea por la ingestión de alimentos o agua que está contaminada o por contacto directo con alguna persona infectada. Los síntomas más habituales aparecen entre 2 y 6 semanas después de haber estado expuesto al virus y suelen ser: náuseas, vómitos, malestar general, orina oscura, heces pálidas y, el más característico, la ictericia (color amarillento de la piel), si bien la mayoría de los casos de hepatitis A tienen una evolución autolimitada y no progresan a enfermedad crónica.

La presentación clínica de la hepatitis A puede variar desde una infección asintomática hasta una enfermedad con ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos) y, en casos raros, insuficiencia hepática fulminante.

En cuanto a complicaciones, la insuficiencia hepática aguda por VHC ocurre en escasas ocasiones pero es grave, con una incidencia que varía según la edad y el estado del hígado del paciente, y que aumenta significativamente en adultos, especialmente en aquellos mayores de 50 años o con enfermedades hepáticas preexistentes.

“El virus de la hepatitis A es un virus ARN de transmisión fecal-oral que en áreas endémicas donde es prevalente y la población no está vacunada se transmite con mucha facilidad, a través de productos contaminados con restos fecales, especialmente crudos y sin cocinar”, señala Manuel Romero, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH). Y añade que “la hepatitis A es una hepatitis de todo o nada, que puede derivar en hepatitis aguda grave con daño hepático fulminante, o puede curarse sin que apenas se note”.

Para la hepatitis A existe una vacuna, si bien la mayoría de las personas no están vacunadas porque en nuestro país está recomendada en grupos de riesgo: enfermedad hepática crónica y alcoholismo crónico; trasplantados o en espera de trasplante; infección por VIH y riesgo de exposición (personas que se inyectan drogas, personas con conductas sexuales de riesgo -prostitución, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH), y personas que viajan a zonas de alta endemia.

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