Medicina

La estrecha relación entre el dolor físico y el malestar emocional

Varios profesionales del mundo de la salud mental hablan del impacto del dolor crónico en nuestro bienestar psíquico

Profesionales sanitarios, investigadores, formadores y pacientes con dolor crónico han unido sus voces para debatir y analizar el impacto emocional del dolor en el evento #TuDolorImporta. Dolor y emociones, organizado por la Sociedad Española del Dolor (SED), en colaboración con Dolor.com, avalado por FENIN, y presentado por Molo Cebrián, productor y presentador del podcast de psicología Entiende tu Mente. En esta nueva edición, el acto se ha centrado en el aspecto emocional, un factor que no puede separarse de la sensación física ni del impacto social que genera y que debe incluirse en un abordaje integral del paciente.

Precisamente de las emociones han hablado los protagonistas de #TuDolorImporta, los pacientes, que han relatado en una mesa redonda cómo es su día a día sintiendo dolor. Las participantes a esta mesa han coincidido en que el arte, ya sea mediante la pintura, la escritura y la música, consigue que vuelvan a reencontrarse con la persona que eran antes de empezar a sufrir dolor. Noelia Royo, pintora y paciente con dolor crónico, ha comentado cómo le ayuda dibujar su cuerpo y su cerebro para volver a conectarlos como antes, según sus propias palabras.

Graciela Bravo, paciente con fibromialgia, psicóloga y escritora, siente lo mismo, pero a través de la escritura, actividad que recomienda a sus pacientes para ayudarles a olvidar su enfermedad. Sara Somoza, cantante y paciente de dolor crónico refractario, ha manifestado también que, aunque los nervios previos a salir a cantar pueden agudizar su dolor, al final merece la pena porque es como una pequeña batalla vencida al dolor.

Combatir el dolor y la depresión

En este sentido, el Dr. Martín L. Vargas, psiquiatra, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española del Dolor (SED) y de su Grupo de Trabajo de Psicología y Dolor, ha hecho hincapié en la estrecha vinculación entre dolor y emoción: «Uno de cada dos pacientes con dolor crónico tiene depresión y, al revés, uno de cada dos pacientes con depresión sufre dolor crónico».

En opinión de la Dra. María Madariaga, médica anestesióloga y presidenta de la SED, «el dolor y la emoción negativa van de la mano, crecen y disminuyen juntos y uno influye en el otro. Es posible canalizar, tratar y mejorar las emociones y, al igual que el dolor crónico, tiene margen de mejora».

El doctor Jordi Miró ha subrayado la importancia de una atención temprana al dolor crónico en poblaciones vulnerables como niños, adolescentes y adultos jóvenes. Asimismo, destacó la necesidad de implementar planes de formación específica en dolor en grados universitarios de ciencias de la salud como uno de los factores claves para mejorar la atención al dolor crónico.

Por su parte, la doctora Elisa Gallach, psicóloga de la UDO del Hospital de la Fe en Valencia, ha apuntado que, según datos del Barómetro del Dolor de la Fundación Grünenthal, los pacientes con dolor crónico que, además sufrían mayor intensidad de dolor y desconocían la causa de su padecer, que sufrían trastornos del sueño, tenían dificultades para realizar sus actividades, menos apoyo social o que precisaban de baja laboral, tenían globalmente mayores niveles de depresión y ansiedad que el resto.

El dolor provoca incomprensión

Graciela Bravo ha destacado que el dolor es una «experiencia subjetiva e invisible con una fuerte carga cultural asociada a la invalidez y la improductividad, entre otros aspectos, que no ayudan a visibilizarlo ni normalizarlo como una parte más integrada en nuestras vidas». En esta línea, el Dr. Vargas ha resaltado que los pacientes sienten «incomprensión, perplejidad, ya que el dolor no se ve, por lo que solo queda la opción de creer al paciente en relación a la intensidad del dolor».

El dolor afecta a la persona y a la familia

En cuanto al papel de la familia, el Dr. Vargas ha explicado que los familiares responden con sentido común, perplejidad e intentan aproximarse al problema, pero la situación se va complicando: «La frustración nos lleva a la ira y, aunque la familia intenta animar al paciente con la mejor intención, a veces provoca que se rompa el vínculo, que el paciente esté solo y, por lo tanto, el familiar entiende menos la situación».

El doctor ha incidido en la idea de trabajar en la ayuda mutua hacia los familiares creando grupos psico-educativos y programas dirigidos a los hijos que a veces se enfrentan a situaciones en las que ven que sus progenitores no pueden hacer vida normal. En este sentido, Bravo ha indicado que el dolor crónico afecta como cualquier situación limitante cuando no hay suficientes conocimientos ni recursos para dar respuesta o gestionarlo, pero ha asegurado que tampoco conviene cargar con esa responsabilidad a los familiares: «Todos sufriremos dolor en algún momento de nuestra vida. Sin duda, el abordaje del dolor es un asunto social, colectivo y político».

‘Domesticar’ las emociones

El psiquiatra ha señalado que hay que transformar las emociones en sentimientos, es decir, domesticarlas para que no sea una emoción cruda, sino que la hayamos podido revestir de sentimiento propio para nuestra vida. En concreto, el Dr. Vargas ha apuntado el papel de la psiquiatría en la medicina del dolor: «Desde esta área se puede aportar mucho, ya que el dolor crónico es uno de los núcleos principales de la enfermedad mental: la ‘p’ olvidada es la ‘p’ de pain en inglés», afirma este especialista. Por ello, la Dra. Madariaga ha indicado que la emoción negativa (ansiedad o depresión) no invalida ni total ni parcialmente la veracidad de la persona que expresa que sufre dolor, por lo que debe ser reconocido, evaluado, tratado y seguido por los profesionales de la salud mejor capacitados para ello: Psicología y Psiquiatría del dolor.

Un sistema de salud adaptado a la realidad, esencial

La Dra. Madariaga ha remarcado que es necesario reconocer el tipo de dolor desde el punto de vista diagnóstico (ICD-11) por parte de cualquier profesional de la salud, independientemente de su formación (medicina, psicología, enfermería, fisioterapia). En la misma línea se ha mostrado Bravo quien ha reclamado también un abordaje integral no sólo desde las especialidades sanitarias, sino también desde los organismos administrativos. «Necesitamos un sistema de salud adaptado a la realidad de las personas que no niegue el derecho al reconocimiento de su enfermedad ni al mejor tratamiento disponible y no ponga barreras a este trabajo conjunto con cada paciente», ha concluido la Dra. Madariaga. El evento ha contado además con la participación de Dionne Beltrao, consultora y experta en mindfulness.

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