Lavarse las manos, ¿todo ventajas?
Analizamos las desventajas para la salud que tiene el lavado compulsivo de manos
Lavarse las manos es una actividad esencial en la higiene de cualquier persona. Desde el comienzo de la pandemia del Covid-19 se ha convertido además en una costumbre habitual que repetimos varias veces a lo largo del día. Y si bien es recomendable hacerlo, su exceso puede conllevar problemas inesperados para la persona que lo hace. A continuación hablamos de algunos de ellos.
Daños en la piel
En la piel existen unos aceites que tienen una función protectora. Al lavarnos las manos, se fuerza una renovación de los mismos, lo que nos da una nueva protección frente a bacterias y hongos. Sin embargo, al hacerlo con mucha frecuencia no da tiempo a que se complete este ciclo y deja nuestra piel vulnerable.
También causa la deshidratación de la piel, propiciando la aparición de arrugas y que esta adopte un aspecto reseco.
Mayor facilidad para sufrir alergias
Al degradarse la flora cutánea con el lavado constante, la piel se vuelve más sensible. Por este motivo, facilita bastante su irritación y puede derivar en alergias como la dermatitis. Por eso, al igual que los aceites, debemos dejar regenerar la flora cutánea en su ciclo habitual. De esta forma evitaremos que aparezcan sarpullidos en las manos.
Puede causar TOC
Lavarse compulsivamente las manos no solo no es sano a nivel físico; también puede lastrar nuestra salud mental. Esto ocurre así porque la obsesión con la higiene puede derivar en un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Este tipo de afección condiciona la vida personal e incluso laboral de aquel que la padece y afecta a su rutina.
Problemas en el aparato digestivo
Aunque aparentemente no esté relacionado, la realidad es que el lavado excesivo de manos tiene un impacto negativo en la flora intestinal. Normalmente al lavarse las manos eliminamos bacterias, hongos y parásitos. Esto que a priori sería algo positivo, realmente trae consigo efectos negativos. Al no recibir estos microorganismos en una proporción adecuada la flora se empobrece y nos puede traer problemas con el colesterol.