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Alguien voló sobre el nido del cuco: la atención psiquiátrica 47 años después

Comparamos la atención psiquiátrica actual con la de la película de Miloš Forman

psiquiátrica

Este año se cumple el 47º aniversario del estreno de Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco (1976) de Miloš Forman. Esta película narra las experiencias de un delincuente, interpretado por Jack Nicholson, que se hace pasar por una persona con trastornos psicológicos para evitar la prisión. En el centro donde lo ingresan conocerá a los otros pacientes, cada uno con sus afecciones, y como todos son dominados con mano de hierro por el personal del lugar.

Once años después de que saliese esta película, en 1986, se publicaba en el BOE una ley que cambiaba completamente la forma en la que se trataba a las personas con enfermedades mentales en España. Para empezar, se cambió el enfoque de como se abordaba la atención psiquiátrica. Hasta entonces, a los pacientes con esquizofrenia u otras afecciones se les ingresaba de forma permanente, como una manera de aislarlos de la sociedad. Esta ley se centró más en la adaptación de estos pacientes a la sociedad y en su recuperación.

Unas condiciones más restrictivas

Con esta ley se cerraron numerosos centros psiquiátricos (comúnmente referidos como «manicomios»), que se sustituyeron por otro tipo de centros. Estos están más enfocados en ayudar al paciente y le permiten mantener cierto contacto con familiares y personas cercanas. Comparándolo con el tipo de atención que reciben los protagonistas de Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco se puede apreciar que se daba un trato más marginal a estas personas. El personal del centro, por otra parte, ejerce una autoridad tiránica contra los otros enfermos, como si fuesen presos realmente.

Es aquí donde entra el personaje de Jack Nicholson, Randle McMurphy. Su internamiento en el centro le lleva a cuestionar las condiciones infrahumanas y el aislamiento al que se somete a los otros pacientes. Les introduce el concepto de libertad y les insta a reflexionar sobre la autoridad de los trabajadores del psiquiátrico. También les plantea el libre albedrío. En conclusión, les siembra dudas sobre si el trato que están recibiendo es el adecuado, y sobre hasta que punto prevalece su dignidad.

Un ejemplo de como el planteamiento de estos centros era diferente del de ahora es el final de la película. ¡¡¡OJO SPOILER!!! Cuando la enfermera Ratched, la antagonista de la película, considera que McMurphy ha llevado su libertad demasiado lejos decide que lo mejor es inhabilitarle completamente. ¿Cómo? Practicándole una lobotomía que lo deje sumiso y a merced del cuerpo de enfermería psiquiátrica del centro. De esta forma se demuestra que estos centros originalmente jamás estuvieron centrados en convertir a sus pacientes en personas funcionales, sino que se les trataba como si fuesen una molestia para la sociedad. Por suerte para ellos, la mentalidad respecto al tema ha cambiado desde entonces.

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